La masculinidad como narrativa criminal.

En Un tiro cada una las creadoras Consuelo Iturraspe, Laura Sdbar y Mariana De La Mata ponen en cuestión los discursos del patriarcado que invisten los cuerpos convirtiéndolos en soportes de la violencia cotidiana.

14 DE AGOSTO DE 2023
Ale, Nacho y P son tres pibes que juegan al básquet en un club de Bahía Blanca. La noche anterior al último partido del campeonato cometen un femicidio. Esto es lo que se adelanta en la sinopsis de Un tiro cada uno, obra escrita colectivamente por Mariana De La Mata, Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar, que explora la problemática de la violencia de género a través de diversos procedimientos dramáticos que partieron de una investigación sobre casos reales ocurridos en Argentina. Saber eso desde el inicio de la obra genera expectativa y tensión porque, de alguna manera, el final trágico ya está spoileado por la realidad y el espectador sólo deberá enfocarse en cómo se desarrollarán esos acontecimientos.

La obra tuvo una primera temporada en la que las tres dramaturgas eran también intérpretes y directoras. Ahora reestrenó en Dumont 4040 y las actrices que encarnan a los protagonistas son Fiamma Carranza Macchi, Carolina Kopelioff y Camila Peralta: Sbdar e Iturraspe dirigen. Las dos cuentan que empezaron a escribir Un tiro cada uno en 2016, “con el corazón roto y el miedo arañando con insistencia”, y explican: “Investigar datos reales, conocer estadísticas, leer noticias, ver documentales, intercambiar novelas o ensayos significó tomar un contacto emocional e intelectual con la temática, encontrar patrones, descubrir quiénes suelen ser las personas involucradas, entender que la violencia machista sucede en todos los contextos y clases sociales, y muchas veces  personas vinculadas al poder la propician y la encubren. En este marco, fue interesante atender a cómo los medios deciden comunicarla, qué palabras utilizan para referirse a los femicidas, cómo se nombran las chicas muertas, cómo opera la revictimización y de qué manera se instala la impunidad”.

Lo siguiente fue descubrir cómo encarnar esa violencia, pero dicen que no son tan conscientes de esos primeros pasos en términos de procedimiento. “Decidimos ubicar nuestra ficción en un club y empezar a construirla a través de las voces de tres pibes jóvenes, sanos hijos del patriarcado. Nos entusiasmaba la idea de poner en acción en la textualidad todo eso que venimos escuchando desde que somos chicas y por eso no nos sorprendió la naturalidad con la que salieron los diálogos. Desde esa diversión que a veces se oscurecía con realidad, desde esa contradicción y desde ese travestismo que es siempre la escritura, empezamos a armarla”. En Un tiro cada uno los personajes masculinos están encarnados por actrices. Sin embargo, las directoras dicen que cuando montaron esta obra por primera vez, si bien pensaban los personajes desde la construcción de un verosímil de varón, sabían que la apuesta estaba en otro lado: “Nosotras dos no somos actrices y estábamos en escena desde nuestro lugar de dramaturgas o artistas, como un gesto de militancia, sentíamos que nos ayudaba a pensarnos en ese marco y también que invitábamos a la reflexión. En esta nueva versión, las cosas cambiaron bastante porque fuimos a buscar eso y además, actuación pura. Trabajamos mucho, no se trató solamente de que tres actrices tan virtuosas encarnen a hombres. Había que habitar la contradicción, la densidad, y desde afuera fue muy placentero ver cómo la obra iba acumulando capas nuevas”.

Desde el fenómeno Petróleo se empezó a hablar de lo inusual que era ver a tres mujeres interpretando hombres sobre el escenario; el caso inverso era mucho más común y por lo general estaba enmarcado en la comedia, la revista o géneros humorísticos que tendían a ridiculizar a las mujeres. Aquí el recurso se utiliza para narrar una tragedia y es interesante ver cómo las actrices habitan esa masculinidad para luego leer fragmentos de un diario con sus voces reales, en un registro más agudo y sin impostaciones, abandonando por un rato los graves. “Quizás a diferencia de Petróleo, a nosotras nos interesa que el público no se olvide del todo que quienes están interpretando a estos personajes también son mujeres. En esa línea minúscula que a veces deja entrever esos cuerpos verdaderos, en esa contradicción dolorosa, se instala para nosotras la potencia escénica de Un tiro cada uno”. Cuando se les pregunta cómo fue pasar de la actuación a la dirección para ver eso que antes encarnaban desde afuera de la escena, responden: “Fue precioso porque entramos al trabajo de ensayos con muchas preguntas respondidas. Nos entregamos a la dirección de actrices que ambas disfrutamos y en ese intercambio enriquecedor, con mucho trabajo, vimos crecer a los personajes y al material. Nos divertimos y lloramos y crecimos y nos preocupamos por estar muy presentes acompañando al equipo en el proceso emocional”.

Por Laura Gómez 

 

Dramaturgia: Mariana De La Mata, Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar

Dirección: Consuelo Iturraspe y Laura Sbdar

Actuación: Fiamma Carranza Macchi, Carolina Kopelioff y Camila Peralta

Dumont 4040, Santos Dumont 4040

Miércoles 20 hs. Entrada general: $3000.

 

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